INPUT – OUTPUT

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                Constantemente asociamos el trabajo de entrenadores con la capacidad física del individuo, quiero decir que en cualquier actividad situada durante la hora y media que dura una sesión el técnico asocia dicha tarea a una capacidad física básica. Esta asociación después queda encuadrada en una especie de rompecabezas directamente relacionados con los estudios de preparación física que podemos ver en los distintos cursos ya sean federativos o académicos.

En mi anterior articulo me adentre en el mundo de aprendizaje y descubrí un sinfín de posibilidades dejando de lado conceptos físicos que están más relacionados con el profesionalismo que con el trabajo de base.

Seamos claros existen unas 20.000 entidades dedicadas al fútbol base y muy pocas cuentan con preparadores físicos especialistas entre sus trabajadores, entonces ¿por qué asociamos todo a unas capacidades físicas que son distintas en cada individuo? Mis respuestas las he encontrado en los procesos cognitivos.

¿Somos realmente conscientes de lo que son capaces? Me refiero a que en ocasiones planteamos trabajos donde somos NOSOTROS quienes los hacemos adecuados o NO, en ocasiones sin tener en cuenta, normalmente por ignorancia de lo que nuestros pupilos son capaces.

El fútbol tanto a nivel formativo (fútbol base) como a nivel competitivo (fútbol profesional) requiere en su práctica de unos estímulos cognitivos relacionados propiamente con el juego. Quiero decir que vamos a modificar aspectos relacionados con el reglamento del fútbol creando “reglamentos alternativos” para conseguir que nuestros futbolistas piensen/decidan.

Modificamos el reglamento con las normas que nos interesan para conseguir el objetivo técnico-táctico que después queremos aplicar en la “competición”.

Para todo esto utilizamos lo que se denomina estimulación cognitiva. Un conjunto de acciones que se dirigen a mantener o mejorar el funcionamiento cognitivo mediante ejercicios de memoria, percepción, atención, lenguaje, funciones ejecutivas (solución de problemas, planificación, control,…), funciones visio/espaciales, etc.

Además, debemos aprender que llamamos función cognitiva a la habilidad de aprender y recordar información; organizar, planear y resolver problemas; concentrarse, mantener y distribuir la atención; entender y emplear el lenguaje, reconocer (percibir) correctamente el ambiente, y realizar cálculos, entre otras funciones.

Mi propuesta es simple quiero centrarme en hacer pensar a los jugadores, que conecten y desconecten de ejercicios para realizar otros anexos con otros propósitos u objetivos que pueden estar relacionados o no con sus condiciones físicas individuales.

Es preciso recordar que la recordar que la TÁCTICA es el procedimiento o método que se sigue para conseguir un fin determinado o ejecutar algo. En el caso del fútbol como deporte colectivo, la herramienta de mayor incidencia para conseguir objetivos tácticos es la técnica.

Conectar circuitos con posesiones, ruedas de pases con partidos modificados, partidos modificados con trabajos anexos relacionados con la mejora técnica y un sinfín de combinaciones que nos permiten abrir una nueva perspectiva a la hora de proponer tareas sin una estructura tan rígida. En cuanto al tiempo de ejecución, ubicación semanal, capacidad física a trabajar y tantos argumentos que de alguna manera siempre nos están condicionando e impidiendo desarrollar otras metodologías.

En cuanto al tiempo, no lo contemplo, sino que sólo me detengo cuando están consiguiendo el objetivo y es entonces cuando mido la intensidad. Por supuesto, no se fuerza a los niños.

No debemos estar mirando el cronómetro asociando dicho tiempo a aspectos físicos y sí, dando prioridad al objetivo técnico-táctico. Quiero decir que la rigidez en las tablas mencionadas anteriormente que estudiamos en los distintos cursos, en ocasiones nos obsesionan con pretender mejorar la capacidad física de unos niños que NO SON PROFESIONALES.

Mediante este método de trabajo mejoramos aspectos básicos como la planificación. Ya que, el hecho de no contemplar aspectos físicos que no controlamos alivia el volumen de trabajo que acumula el entrenador. No olvidemos que no somos profesionales y el fútbol para nosotros suele ser un hobby normalmente mal remunerado.

La palabra “mágica” será CONEXIÓN. Lo considero un concepto realmente revolucionario al igual que en su momento lo fue la metodología secuencial. Todo enfocado a la SENCILLEZ para una mejor comprensión y a partir de ahí, conseguir que nuestros niños sean mejores técnicamente y más inteligentes tácticamente.

Llamaremos INPUT al objetivo principal que buscamos en cualquier tarea. El jugador permanece “enchufado” con un objetivo claro, que siempre será táctico o técnico.

Llamamos OUTPUT a un trabajo anexo al INPUT, de manera que provocamos que pasen situaciones en el INPUT, como por ejemplo inferioridad, más espacios, más comodines, etc…

Lo que significa que en cada ejercicio habrá trabajos anexos (OUTPUT) que nos permitirán evolucionar en el concepto inicial del ejercicio principal. De esta forma, estimulamos los procesos cognitivos de los jugadores. Como hemos dicho antes en multitud de ocasiones desconocemos lo que nuestros alumnos  son capaces a nivel cognitivo.

Por tanto, llega una nueva generación de ejercicios donde el tiempo deja de ser un elemento de finalización o de condición de la tarea, pasando a un segundo plano, consiguiendo así que el entrenador controles la ejecución de las tareas y no un cronómetro.

No somos preparadores físicos, somos entrenadores en un deporte que a su vez, es un juego de competición y asociación. Por tanto, nuestro principal cometido es utilizar elementos estratégicos para obtener un máximo rendimiento en cuanto al desarrollo cognitivo, técnico o de inteligencia táctica, dando por supuesto que obtendremos también un rendimiento físico.

PROCESOS COGNITIVOS.

Como información adicional a este proyecto quiero aportar los siguientes conceptos para que tengáis claro el enfoque respecto de un deporte/juego como el fútbol.

DISCRIMINACIÓN: Mecanismo sensorial en el que el receptor distingue entre varios estímulos de una clase o diferente, seleccionando uno y eliminando los demás.

ATENCIÓN: Función mental por la que nos concentramos en un objeto. Aunque es un proceso cognitivo también es un proceso afectivo ya que depende, en alguna medida, de la experiencia que haya tenido el individuo con lo observado. La atención es el primer factor que influye en el rendimiento escolar.

MEMORIA: Capacidad para evocar información previamente aprendida. Se involucra básicamente las siguientes fases:

Adquisición de la información: es el primer contacto que se tiene con la información (ver, oír, leer, etc.)

Proceso de almacenamiento: se organiza toda la información recibida.

Proceso de recuperación: es la utilización de la información recibida en el momento necesario.

IMITACIÓN: Capacidad para aprender y reproducir las conductas (simples y complejas) realizadas por un modelo. En la imitación se involucran los procesos cognitivos, afectivos y conductuales. El niño imita todo lo que está a su alcance. En el juego, el niño reproduce o representa las actividades de quienes lo rodean: padres, maestros, hermanos, amigos; le gusta representar papeles más que ser el mismo.

CONCEPTUALIZACIÓN: Es el proceso por el cual el niño identifica y selecciona una serie de rasgos o claves (características) relevantes de un conjunto de objetos, con el fin de buscar sus principales propiedades esenciales que le permiten identificarlo como clase y diferenciarlos de otros objetos.

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS: Capacidad que se tiene de acuerdo a los aprendizajes y las experiencias para dar respuestas a diferentes situaciones y conflictos.

De manera global, podemos decir que los niños en la edad comprendida entre los 5 y 6 años ordenan cosas de las más pequeñas a las más grandes y señala cuál es la primera y la última. Dibuja cuellos, hombros, figuras proporcionadas, dos piezas de vestidos y expresionesn faciales.

Resuelve los juegos de memoria de figuras conocidas. Hace comentarios relacionados al cuento que está leyendo. También imita espontáneamente gestos y posturas de sus compañeros.

Probablemente son cosas que no conocíais, por lo que a la hora de diseñar vuestros trabajos no temáis por su posible falta de comprensión. Son esponjas y se quedan con todo.

Hasta los 12 años aprenden a planificar con antelación y a evaluar lo que hacen.

Comienzan a orientarse hacia proyectos o conseguir metas.

Empiezan a gustarle los juegos con reglas más complejas.

Aceptan mejor el arbitraje estricto respecto de dichas reglas.

Agrupan y organizan mejor su información.

Y un sinfín de cambios que tienen que ver con su carácter, autoestima, relaciones personales, actividades complementarias al colegio y deportes alternativos al fútbol.

Todos estos argumentos debemos animarnos a investigar, leer y escribir, intentando aportar y proponer nuevos caminos donde podemos ofrecer tareas más lógicas y exigentes que generen adicción y sorpresa por querer entrenar y aprender.

Incluso con todas sus capacidades cognitivas desarrolladas y rozando la edad adulta, encontramos en muchísimas ocasiones desmotivación en los juveniles y pasotismo a la hora de entrenar. Todas estas propuestas o caminos ayudarán también a la estimulación en estas edades tan sensibles y con tantos estímulos externos, muchos de ellos dañinos.

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«Tareas INPUT / OUTPUT» .- Toni González Fuster

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